razón

13 enero 2021

La enseñanza del cristianismo se ha caracterizado, desde los primeros tiempos, por su cultivo de la inteligencia. En la situación actual, esta tarea sigue siendo fundamental, máxime teniendo en cuenta que la educación no siempre consigue armonizar la dimensión intelectual con otras dimensiones (especialmente la emocional o afectiva y la social), que con frecuencia se ponen en primer plano. Sin embargo, es necesario, y aquí se presenta como objetivo, reivindicar teórica y prácticamente la referencia de la tarea educativa a la razón. En ese marco, el texto tiene en cuenta que la educación cristiana aporta la luz de la fe, fe que entra en relación con la razón y, por tanto, con la cultura o las culturas. Esto se presenta, en el aula de religión, en diálogo entre ética, ciencias y religión, en orden a la interdisciplinariedad de la educación. La enseñanza del cristianismo tiene su raíz científica en la teología, tanto a nivel especulativo como de sabiduría práctica. En conclusión, la clase de religión, con su potencial humanizador y educativo y al mismo tiempo su componente de anuncio de la fe, se ofrece para el enriquecimiento de la razón y del obrar de las personas. Todo ello tiene particular relevancia a la hora de iluminar los planteamientos de fondo y las actitudes existenciales de los jóvenes.

 


 

Cómo citar este artículo: Pellitero, R. (2021). Enseñanza del cristianismo y cultivo de la inteligencia | Teaching Christianity and cultivating intelligence. Revista Española de Pedagogía, 79 (278), 131-144. https://doi.org/10.22550/REP79-1-2021-06

15 marzo 2017

La palabra «razón» usada, además, sin artículo definido o indefinido, es, en el mejor de los casos, confusa y en el peor conduce claramente a error. «Racional» y «Racionalidad» son términos igualmente poco claros. En este trabajo se exponen ejemplos para examinar esas implicaciones. Lo que quiero denunciar es que la palabra «razón» es usada por los filósofos racionalistas de la educación para un variado número de valores, los cuales no son presentados cama tales valores. Estos valores son demasiado numerosos y variados para ser recogidos en una palabra. Una segunda crítica estriba en que los que usan esa palabra, a menudo, deducen que «razón» es una entidad singular que puede -por ella misma- hacer peticiones, conseguir que se sigan o modificarlas. Esto lleva a error porque el razonamiento depende de valores (distintos al razonamiento) para actuar como criterio, justificación o motivación de decisiones, juicios y acciones. Las razones para decidir son valores.

Como conclusión, se ofrece un breve esquema del concepto de valor como aquello a lo que una persona está unida positiva y emocionalmente. Así, dentro de una red de valores más amplios que los de la «razón», el razonamiento puede llegar a ser más valioso, poderoso y autocrítico.

Autores:

John Colbeck. University of London