padres

11 mayo 2008

Hay unanimidad desde las instancias que dictan los principios fundamentales sobre la educación en señalar que la responsabilidad natural para educar a los hijos recae en sus padres, por lo que éstos son los primeros y principales educadores de sus hijos, aunque se necesite muchas veces de ayuda. Por este motivo, la escuela va a suponer un complemento normal para su misión educativa en la sociedad en la que nos movemos, aunque no suple la responsabilidad de los padres. En este artículo se examina la participación de los padres durante los primeros años de escolaridad de sus hijos desde una perspectiva conceptual, se analizan las diversas dimensiones o grados que puede adoptar la participación de los padres, sus niveles de concreción y de agrupación, y el distinto rol que pueden adquirir los padres.

 

Descriptores: Participación, padres, relación familia-escuela, educación infantil.

2 enero 2007

La conducta agresiva se define como aquella conducta que pretende causar daño físico y/o psicológico y en situaciones extremas, puede llegar a ser destructiva para la persona objeto de la agresión. El artículo muestra dos estudios realizados con profesores y padres de alumnos pertenecientes a los ciclos de educación primaria, educación secundaria y bachillerato. El primer estudio muestra la percepción del profesorado respecto de las conductas agresivas ejercidas en el centro escolar, el comportamiento de los alumnos ante ellas, las consecuencias que se derivan y las propuestas de mejora. El segundo, dirigido a las familias, indica en qué medida conocen las situaciones más o menos agresivas que ejercen o son ejercidas sobre sus hijos, las posibles causas de las agresiones y las alternativas de solución. Los resultados obtenidos indican que los profesores perciben que las agresiones acontecidas en el centro escolar son resultado de las características físicas y personales tanto del agresor como de la víctima, produciéndose, la mayoría de ellas, en situaciones de juego. Los padres, por el contrario, al menos, cuando su hijo desempeña el rol de víctima, desconocen la causa de la agresión, mientras que cuando actúa como agresor, consideran que es una respuesta a una situación violenta anterior. Sin embargo, padres y profesores manifiestan que el entrenamiento en habilidades prosociales y el incremento de la interacción entre familia y escuela son las claves para afrontar el problema.