estilos educativos

8 mayo 2017

La ansiedad es una de las patologías más comunes en la población infanto-juvenil y presenta una elevada comorbilidad que en ocasiones dificulta el diagnóstico y el tratamiento pertinente. Asimismo, tiende a persistir a lo largo del tiempo y provoca grandes dificultades en la vida diaria de los niños y adolescentes. En esta revisión se ha analizado la evidencia empírica sobre la relación de los estilos o prácticas de crianza con la ansiedad en la población infanto-juvenil a partir de una revisión bibliográfica basada en veintidós artículos. Se han encontrado evidencias bastantes consistentes que relacionan el afecto, la calidez y la aceptación con menores niveles o síntomas de ansiedad o síntomas internalizantes en población generalmente europea; y el rechazo, el control psicológico, el excesivo control, la sobreimplicación, la disciplina rígida, el control hostil y el estilo autoritario, con mayores niveles de ansiedad o síntomas.

También se ha puesto de manifiesto la necesidad de desarrollar programas preventivos de educación familiar, e incluir las prácticas de crianza como elementos clave a trabajar en los programas de intervención y tratamiento de la ansiedad infanto-juvenil.

 

 

Cómo citar este artículo: Martínez Besteiro, E. & Julián Quintanilla, A. (2017). Relación entre los estilos educativos parentales o prácticas de crianza y la ansiedad infanto-juvenil: una revisión bibliográfica |  The relationship between parenting styles or parenting practices, and anxiety in childhood and adolescence: a systematic reviewRevista Española de Pedagogía75 (267), 337-351. doi: https://doi.org/10.22550/REP75-2-2017-10

 

9 abril 2017

En orden a determinar la incidencia que las diferencias en experiencias y estilos educativos tienen sobre la delincuencia juvenil, se ha realizado un
estudio aplicando tres cuestiones: Autobiográfico, de Estilos educativos y de Utilización de recursos, a diferentes grupos de internos de instituciones penitenciarias y dependientes del Tribunal Tutelar de Menores. Se aplicó también a sujetos de ideales características sociales y ambientales y se estableció la significación de diferencias entre las respuestas así como un análisis Discriminante. Los resultados en todos los casos muestran que, cuando las «presiones sociales» son semejantes, las variables educativas aparecen como las principales diferenciadoras de la delincuencia juvenil. Son de destacar el bajo nivel cultural e incluso analfabetismo materno, el retraso y abandono o expulsión escolar, la influencia del grupo de amigos y la inadecuada disciplina y supervisión familiar.

 

Autores:

María Dolores Peris y Vicente Garrido. Universidad de Valencia.