carácter

13 febrero 2023

Nadie cuestiona el hecho de que la tecno­logía ha colonizado diversas esferas de nuestra vida. Recurrimos a ella para trabajar en los campos más variados, para establecer rela­ciones sociales o para buscar información de manera inmediata. Este nuevo mundo digital suscita diversas perspectivas que van desde el pesimismo ante los riesgos que entraña cierta confusión, perplejidad y, en ocasiones, bloqueo moral, a la postura optimista por la posibilidad de un nuevo modo de desarrollo humano o ple­nitud digital. El presente artículo se sitúa en esta encrucijada y examina si este mundo digi­tal demanda un nuevo paradigma de virtudes —un cambio sustancial—, o si por el contrario se trataría más bien de adecuar el esquema de virtudes clásicas a la nueva realidad tecnológica. Para ello, se exponen algunas de las caracterís­ticas principales que provoca la presencia casi total de la tecnología en nuestra vida, y se sitúa el foco en la virtud del pensamiento crítico, que se plantea como especialmente necesaria ante fenómenos como la infoxicación, la posverdad o los cada vez más comunes métodos de fraude y abuso online. Tras analizar estos aspectos y los límites de la tecnología y del paradigma digital, se argumenta que no hay elementos en el con­texto actual que resulten incompatibles con la ética clásica de las virtudes. Ciertamente, emer­gerán retos concretos para educar el carácter en la situación digital de los estudiantes y esta si­tuación supondrá revalorizar algunas de las vir­tudes de manera particular, como sucede con el pensamiento crítico, la responsabilidad o el cui­dado de la intimidad. Sin embargo, no hay nada que permita afirmar que los pilares de la ética aristotélica se hayan visto alterados o queden obsoletos. Se defiende la idea de una adecua­ción con la mirada puesta en un demandante contexto, antes que de un cambio realmente sustancial, pues el fundamento y el objetivo de la ética de la virtud siguen siendo igualmente válidos para el mundo digital actual.


Cómo citar este artículo: Fuentes, J. L. y Valero, J. (2023). Nuevas virtudes digitales o virtudes para el contexto digital: ¿es necesaria una nueva educación del carácter? | New digital virtues or virtues for the digital context. Do we need a new model of character education? Revista Española de Pedagogía, 81 (284), 123-141. https://doi.org/10.22550/REP81-1-2023-07

9 enero 2019

Este trabajo estudia cómo influye el carácter, los hábitos y la actitud del estudiante en los procesos de enseñanza-aprendizaje. Hasta hace poco la educación del carácter constituía un asunto de educación moral y cívica. Ahora, las nuevas investigaciones sobre las habilidades no-cognitivas y el aprendizaje socioemocional reflejan cómo estos planos de la personalidad dan consistencia a los procesos de enseñanza-aprendizaje escolares. Las neurociencias subrayan aquí el valor de las funciones ejecutivas: la atención, la tenacidad y la planificación son momentos donde el estudiante despliega su aprendizaje. La inteligencia clásica (cociente intelectual, CI) pone el acento en la comprensión analítica, un momento puntual; la inteligencia del carácter pone el foco en los procesos volitivos que fraguan el trabajo intelectual que empieza en el aula y acaba en la planificación del estudio en el hogar. Una vez definidas las habilidades no-cognitivas, las funciones ejecutivas y el carácter, marcos emparentados entre sí y presentes en la vida escolar y familiar, el segundo objetivo ha sido valorar cómo el ambiente socio-familiar interviene agudamente en estos procesos. El tercer objetivo ha sido, siempre en paralelo con el despliegue del estudio, proponer las herramientas que midan estas fortalezas en la educación primaria: BFQ-N y BRIEF 2. Si se proponen modelos de formación del carácter para el aprendizaje se deben ofrecer herramientas para su medición orientadas a testar el éxito de estos programas. La conclusión apunta a una iniciativa de calado: la universidad, la escuela y los agentes educativos deben pensar un nuevo modelo de educación integral de sus estudiantes desde esta convergencia entre carácter e inteligencia clásica. El fracaso y el abandono escolar tienen razones académicas, pero también familiares y personales. Este tercer milenio, complejo, cambiante, necesita habilidades robustas y flexibles para hacer frente a los retos de una sociedad que no nos desvela aún a dónde va.

 

Cómo citar este artículo: De Bofarull, I. (2019). Carácter y hábitos para el aprendizaje: definición y proyecto de medición | Character and learning habits: definition and measurement proposal. Revista Española de Pedagogía, 77 (272), 47-65. doi: https://doi.org/10.22550/REP77-1-2019-03