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Balduzzi, E. (Coord.) (2021). La sfida educativa della Laudato si’ e l’educazione del carattere [El reto educativo de Laudato si’ y la educación del carácter]. (Maria Valentini)

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Maria Valentini

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Balduzzi, E. (Coord.) (2021).
La sfida educativa della Laudato si’ e l’educazione del carattere [El reto educativo de Laudato si’ y la educación del carácter].
Studium. 151 pp.

Resumen

La educación ambiental ha ido amplian­do sus objetivos. Si al comienzo estaba muy centrada en la información científica y en la concienciación y prevención de riesgos am­bientales, ahora tiende a incluir una crítica de los «mitos» de la modernidad basados en la razón instrumental (individualismo, pro­greso indefinido, competencia, consumismo, mercado sin reglas) y también a recuperar los distintos niveles del equilibrio ecológico: el interno con uno mismo, el solidario con los demás, el natural con todos los seres vivos, el espiritual con Dios. La educación ambiental debería disponernos a dar ese salto hacia el Misterio, desde donde una ética ecológica ad­quiere su sentido más hondo. Por otra parte, hay educadores capaces de replantear los iti­nerarios pedagógicos de una ética ecológica, de manera que ayuden efectivamente a cre­cer en la solidaridad, la responsabilidad y el cuidado basado en la compasión. ,

Efectivamente el párrafo 210 de la En­cíclica Laudato si’ del Papa Francisco re­presenta el comienzo de este libro La sfida educativa della Laudato si’ e l’educazione del carattere (El reto educativo del Laudato si’ y la educación del carácter), editado en 2021 por Studium Edizioni. Es un trabajo que está firmemente enraizado en un am­plio horizonte de transformación pedagó­gica, sacando su fuerza del corazón palpi­tante de la Encíclica Laudato si’ del Papa Francisco: una perspectiva fructífera y, por decirlo en términos absolutamente míni­mos, revolucionaria de la ecología integral. ,

Tal estímulo revolucionario impregna la misma esencia del Laudato si’, subrayando su naturaleza educativa, pero con una llave interpretativa novedosa y original: el alma pedagógica y educativa de la Encíclica enfoca en este libro un reto que, de forma indisolu­ble, conecta la ecología con la antropología. De hecho, para que la ecología tenga una es­tructura ontológica, es necesaria la constitu­ción de un hombre nuevo y regenerado y de una humanidad íntimamente transformada. Para que la ecología se materialice y se perfi­le de forma íntegra, la antropología debe ser de la misma forma cuestionada íntegramen­te, y desarrollar un dinamismo peculiar: el de la educación del carácter. ,

El «carácter» representa el perfil iden­titario único de cada individuo, connotado irremediablemente por la intencionalidad, y el término «educar» se refiere a la acción dinámica tanto de cambiar en el sentido de promover y mejorar como el de convertir de forma auténticamente transformadora las raíces más profundas del ser humano: un concepto que es expresado y enaltecido por ,

el término griego metanoia. Esta idea repre­senta la esencia y fundamento de este traba­jo: educar el carácter de cada persona bajo la bandera de un δύναμις que articula y conecta en un movimiento transformativo el plano de la capacidad de actuar con el nivel interior, que interpela en términos éticos y morales. ,

Pero este propósito solo se logra dentro de una dimensión indispensable de la peda­gogía, que es ennoblecida y elevada de for­ma magistral en la Encíclica: la libertad. ,

De hecho, por medio de la intencionali­dad, que es un rasgo importante de la edu­cación del carácter, Balduzzi plantea un ser humano que está íntimamente llamado a «liberarse», en palabras de Giuseppe Mari; es decir, un sujeto que es protagonista de su propia existencia, responsable de quien quie­re ser y de quien llegará a ser, y por tanto comprometido en una tarea que es propia­mente humanizadora. Para cada individuo, es cuestión de pronunciar y experimentar una postura única, irrepetible y no delegable en cuanto a «quien soy yo» y «quien soy yo con el mundo»: dentro de una perspectiva que, a la vista de las debilidades y defectos del hombre y, por tanto, de sus posibilidades infi­nitas de perfectibilidad existencial, se abre a lo ulterior y a lo trascendente; un horizonte que no viene pre-envasado sino que está en constante proceso de hacerse y, pudiendo ser elegido, puede por tanto ser creado y cons­truido con compromiso y responsabilidad. ,

La libertad es ciertamente una raíz fun­damental en los escritos de Balduzzi, que describen una visión pedagógica-transdis­ciplinaria del ser humano como un sujeto cuyos rasgos son proyecto, intencionalidad, dignidad inviolable, de acuerdo con lo que sostenía Robert Spaemann en Persons. On the difference between “something” and “someone” [Personas. Sobre la diferencia entre «algo» y «alguien»] (2007): el hombre «no puede ser entendido como una conse­cuencia causal de uno de sus asertos, ni de la totalidad de sus asertos. Lo que siempre puede ser, se es de una forma que no deter­mina quien es». Esta posición también con­cuerda con la perspectiva de Mounier, cuyo trabajo Balduzzi cita en su libro: «[…] mi carácter no es lo que soy […]. Es la forma de un movimiento dirigido hacia un futuro empujado en la dirección de un mejor ser. Más que lo que soy, es lo que puedo ser». ,

Por tanto, la educación del carácter desa­rrolla un movimiento que es convergente y ascendente al mismo tiempo y que, sin dejar de ser una complejidad y unidad pedagógi­co-existencial, transfigura y convierte ínti­mamente al hombre y le renueva de forma íntegra. El trasfondo semántico predica una libertad responsable en la que la fragilidad y vulnerabilidad de la disposición del hombre representan oportunidades de «ser más» en palabras de Freire; son oportunidades de ser herido, abriéndose a luminosas posibilidades y nuevos caminos, dejando huellas de cons­ciencia y valor en el mundo. Así aparece un espacio humanizador de contigüidad entre el Laudato si’ y la educación del carácter, en el que la inmanencia del aquí y ahora no se repliegue sobre sí misma, no se agota en el instante, sino que se abre del todo a la trascendencia, al futuro, a la planificación. Este es el espacio transformado y renovado donde habita la virtud (arethè): no un simple hacer, sino una verdadera forma de vida en la que el hacer refleja la responsabilidad de ,

ser, en una perspectiva de proximidad que se expansiona necesariamente al Nosotros (Ética); esta es la dimensión en la que la dig­nidad inviolable de cada persona abarca la consciencia práctica y el bagaje experiencial, uniendo estos elementos en una gramática integral y unitaria, dual y no dualista. ,

Desde un punto de vista estructural, el libro testifica el alcance y amplitud de la mi­rada abierta y experta del autor. Un horizon­te matizado de valor tras-disciplinario, que realza no solo la originalidad de los temas del contenido, sino también el arte de comparar y establecer diálogos entre distintas pers­pectivas. De hecho, el alcance de diálogo del libro se demuestra al contrastar las posturas de diversos autores de eminencia internacio­nal, relatando voces, ideas y experiencias, y de esta forma construyendo una línea argu­mental de singular e impactante fuerza. ,

En cuanto a su organización, el libro se divide en dos secciones básicas, coherentes con la naturaleza sistémica de la misma pe­dagogía «teoría-práctica-teoría»: la primera parte se dedica de hecho a las perspectivas de la investigación, mientras que la segunda, de orientación pragmática, se ocupa de las áreas reales de acción. Así, siguiendo el or­den de la obra, Balduzzi abre la primera sec­ción realzando las raíces de significado en­trecruzadas del Laudato si’ y de la educación del carácter, los cuales son temas trasversa­les en todo el libro: esta parte representa la base y el trampolín para el desarrollo poste­rior del ensayo por medio de tres panoramas hermenéuticos de la ecología integral. ,

Aurora Bernal ofrece un estudio oportu­no de la importancia actual de la educación del carácter, en el que explora, a lo largo de su carrera en la educación, la investigación ac­tual, los problemas críticos, las posibilidades futuras y la complejidad del tema estudiado. Bernal sitúa también la educación del carác­ter en el marco de la educación moral, y enfa­tiza conceptos pedagógicos tales como la au­tonomía, la libertad y la auto-determinación. Por el contrario, la contribución filosófica de Marco Emilio se centra en la investigación de las tensiones difíciles de resolver presentes en el trasfondo contextual de la crisis climática. La nota dominante problematiza la educa­ción del carácter y la ética de la virtud desde una perspectiva de renovación y reparación de la sabiduría colectiva y re-descubrimiento de la casa y destino comunes, en la que las elecciones individuales están necesariamen­te unidas a las comunales. Finalmente, junto con la consideración del espacio del Nosotros, Marisa Musaio inserta una reflexión sobre el cuidado de los espacios que han de habitarse. ,

Las ciudades, los nodos de un mundo considerado como un escenario de cons­trucción global, son investigadas en su sig­nificado más profundo, no sólo físico sino también antropológico, narrativo y exis­tencial: si se ejerce el cuidado, es posible construir lugares de auténtico encuentro, que llevan a la regeneración de la periferia como centro de proximidad. ,

La transición a la segunda parte del li­bro revela los panoramas de acción dentro del marco fundacional de la conexión entre la educación del carácter y el Laudato si’. El contexto de la escuela o colegio, un espacio privilegiado para las relaciones, es el hilo conductor de las contribuciones recogidas, empezando con las propuestas de Carmen ,

Martínez Conde y Josu Ahedo, quienes pre­sentan una idea de una escuela en solida­ridad que encarna los valores nodales de la Encíclica, tales como la proximidad, el com­partir, la generosidad y la igualdad. Balduzzi continúa el discurso y contempla las oportu­nidades de hacer que la ecología integral sea tangible y auténtica mediante la enseñanza obligatoria de educación cívica en las escue­las, filtrando potencialidades y áreas críticas. ,

El amplio trabajo internacional de Ele­na Arbués abarca el civismo ecológico en la universidad, recupera sus valores cogniti­vos y de dialogo y empoderamiento, y realza su identidad transformativa, especialmente en el área de estilo de vida y de ciudadanía. ,

Finalmente, Enrico Miatto enfoca la práctica del Aprendizaje-Servicio: hay nu­merosos nodos semánticos que conectan el Laudato si’ con esta práctica educativa, pero, sobre todo, el Aprendizaje del Servi­cio implica excedentes y responde al lla­mamiento del Papa Francisco a construir puentes, abrir ventanas sobre el mundo y ser testigos abiertos. ,

Las perspectivas de acciones específicas e investigativas en este libro abren para el lector grandes posibilidades de profundas transformaciones. En particular, se capta la necesidad -que no se puede demorar más tiempo- de trazar caminos de reparación generativa hacia un sentido del nosotros comunitario, ahora proscrito en la socie­dad de positivismo narcisista concebido por Byung-Chul Han, que devora todas las de­más formas de alteridad hasta el punto de eliminarlas. Sin vinculaciones firmes, sin el escapismo del que escribe Emmanuel Lévi­nas (dell’Evasione, 1983) que es capaz de arrancarnos de una consciencia solipsista basada en el yo, no es posible desencadenar la metanoia y pasar a ser protagonistas de unas transformaciones ecológicas y antropo­lógicas que sean al mismo tiempo integrales y virtuosas. ,

La prioridad es de reconstruir la calidad de las relaciones humanas y re-descubrir nuestra fragilidad original de criaturas, y de forma coherente con el pensamiento de Buber (Il principio dialogico e altri saggi, 1993), de elevar la relación con los demás pa­sando de un «Yo-mismo» a un «Yo-tu», una perspectiva que restaura valientemente a las relaciones la dignidad, la atención y el valor. ,

El trabajo duro dialéctico de este libro lleva al lector a sentir y tocar unas raíces profundas del sentido. Hablan de la virtud de examinar de manera más compleja un mundo en el que «todo está conectado»; para proteger el cuidado de la calidad de cada rela­ción; para cultivar la fortaleza necesaria para vivir plenamente el significado de ex-ducere, no solo mediante la «extracción» de ese in­agotable mejor que habla de la perfectibili­dad humana, sino también mediante el va­ciarse de uno mismo, de egoísmo, de codicia, y de esa manera desbordarse hacia la belleza del Otro: la única meta en donde se puede fa­vorecer la esperanza, la responsabilidad y la acción a favor de una ecología integral. ,

Spaemann, R. (2007). Persons. On the diffe­rence between “something” and “someo­ne” [Personas. Sobre la diferencia entre «algo» y «alguien»]. Laterza. ,

Maria Valentini

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