Competencias profesionales. Herramientas para la evaluación: el portafolios, la rúbrica y las pruebas situacionales
Resumen
En un mundo cuyos avances son imparables y hasta impensables, con la sociedad del conocimiento en constante expansión, el tema que aborda este libro es de rabiosa actualidad, y hasta de necesidad primaria. La necesidad de utilizar adecuadamente las habilidades y destrezas personales nos lleva a la competencia profesional como medio de realizar la formación en un determinado trabajo, sea en su dimensión inicial o continua.
Con cinco capítulos, un glosario y la pertinente bibliografía, la obra comienza por reconocer la importancia del capital humano en el desarrollo social y económico.
Por ello declara como finalidad del libro el mostrar un conjunto de herramientas, de técnicas y de instrumentos, que faciliten la evaluación y el reconocimiento de las competencias profesionales de las personas tanto en las instituciones educativas, como en su puesto de trabajo.
Y es que evaluar competencias es igual que recoger información acerca del desempeño de un aprendiz para valorar su formación por medio de un conjunto de indicadores seleccionados previamente.
Por ello, se centra en primer lugar en la acotación del concepto de competencias de forma clara, sintética y precisa. Señala en ellas sus elementos principales (capacidad, acción, contexto), los modelos que las estudian, las diversas clasificaciones de las mismas, para desembocar en el modelo español de competencias derivado del modelo inglés que especifica las realizaciones profesionales y los criterios de realización exigidos. Además la evaluación de competencias profesionales debe basarse en principios como eficacia, flexibilidad y validez, buscando obtener evidencias de desempeño obtenidas con algún instrumento que evalúe tanto competencias profesionales específicas, como transversales.
Una vez obtenidas las evidencias, es necesario incluirlas en una carpeta específica que las contenga y que recibe el nombre de portafolios. Ello ocupa el segundo de los capítulos y su función es satisfacer tres grandes necesidades de las organizaciones actuales: aprender a lo largo de la vida, gestionar las competencias personales y profesionales y la empleabilidad. Esta carpeta o portafolios viene a ser una colección de documentos, en diferentes soportes que documenta los conocimientos, las experiencias y las competencias de la persona; en suma, una especie de currículum ampliado. Suele dividirse en espacio personal y espacio académico. Debe ser elaborada por el alumno o por el profesor y, en función de para qué se utilice, existen diversos tipos: de aprendizaje, de presentación, de trabajos, de competencias, de evaluación…y se presentan con tres niveles de profundidad que describe en criterios previos facilitando la forma realizada, sea en versión impresa o digital.
Una forma válida y técnica de evaluación es la utilización de rúbricas. La rúbrica es una matriz de valoración que mide la competencia de alumnos en una tarea concreta. Sus ventajas pueden resumirse en el conocimiento previo de los aprendices, de los niveles de logro pedidos y de los criterios de valoración de los mismos, reduciendo la subjetividad de la evaluación.
Los tipos de rúbricas pueden ser holísticas o analíticas según evalúen la totalidad del proceso o producto o las partes que lo componen. Las fases en el diseño y la aplicación de una rúbrica son: determinar el aprendizaje que se quiere medir, el tipo de rúbrica que se quiere usar (analítica para evaluación formativa u holística para evaluación sumativa); decidir los niveles de valoración de cada criterio; los niveles de desempeño; construir una tabla que contenga los aspectos que se van a evaluar, probar la utilidad del instrumento, pedir al alumno que se autoevalúe aplicando la rúbrica y, finalmente realizar una entrevista contrastando los resultados del evaluador y del estudiante. El autor ejemplifica varias rúbricas como: autoevaluación y evaluación del portafolio; evaluación del diario de aprendizaje; evaluación de una presentación oral; evaluación de trabajos escritos y evaluación de la contribución de una persona al trabajo en equipo.
El cuarto capítulo se dedica a las pruebas situacionales para evaluar competencias profesionales. Entiende que una prueba situacional es plantear una tarea relacionada con las tareas específicas de un perfil profesional y tiene por objetivo observar cómo se desenvuelve cada participante en ella. Su diseño y aplicación suelen ser bastante complejos pero pueden evaluar a varias personas y varias competencias a la vez. Entre los tipos de pruebas situacionales señala el libro los de ejecución laboral, el juego de roles, el estudio de casos, la bandeja de entrada o “in basket” y ejercicios de presentación.
Se señalan los pasos para construir una de estas pruebas y para su validación y aplicación. También presenta un ejemplo para el desarrollo de proyectos de dinamización cultural.
El último capítulo desarrolla un caso práctico: la carpeta de competencias del crédito formativo de Técnico Superior en animación sociocultural y Turística: actividades en la Naturaleza. Para ello, señala dos unidades de competencia y dentro de cada una describe pormenorizadamente las realizaciones profesionales y el contexto de producción; luego describe los resultados de aprendizaje y secuencia los contenidos. Presenta tablas para que alumno elija un nivel de competencia (básico, intermedio o avanzado) y en él señala las tareas o productos que le corresponden. Finaliza con una rúbrica para la evaluación del proyecto. El libro termina con un glosario de los términos más novedosos utilizados.
Se trata de una apretada síntesis que pone al alcance del profesorado de cualquier nivel educativo avances didácticos, metodológicos y evaluadores de última generación de una forma sencilla, aplicada y asequible. Muy interesante para los formadores de profesorado, de módulos de formación profesional y de todos cuantos aspiren a realizar la evaluación de su trabajo de forma técnica, rigurosa y transparente.
Citación recomendada | Recommended citation
Mayo, I. C.
(2023)
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Competencias profesionales. Herramientas para la evaluación: el portafolios, la rúbrica y las pruebas situacionales.
Revista Española de Pedagogía.
https://www.revistadepedagogia.org/rep/vol0/iss0/155
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Pozo Flórez, J. A. del (2012).
Competencias profesionales. Herramientas para la evaluación: el portafolios, la rúbrica y las pruebas situacionales
(Madrid, Narcea formación) 139 pp.