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Infancias nómadas: educando en el derecho a la movilidad

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Sánchez Blanco, C. (2013).
Infancias nómadas: educando en el derecho a la movilidad.

(Buenos Aires, Miño y Dávila) 224 pp.
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Resumen

El libro Infancias nómadas: educando en el derecho a la movilidad de Concepción Sánchez Blanco, representa el primer informe en el que se recogen parte de los resultados de una investigación cualitativa desarrollada por la autora a lo largo de varios años. En esta investigación se llevó a cabo un estudio etnográfico en un colegio público de A Coruña, concretamente en el segundo ciclo de Educación Infantil, así como el análisis de productos mediáticos como la publicidad televisiva de juguetes; videojuegos infantiles y retransmisiones televisivas de eventos deportivos relacionados con vehículos. El principal fin de esta investigación cualitativa ha sido analizar las experiencias de la infancia en relación a la movilidad y cómo estas experiencias influyen en la construcción de su identidad. Tomando como eje tres clases de movilidad, la biológica, la mecánica y la electrónica, la autora nos adentra en el complejo entramado de los derechos y deberes que deben estar asociados a la movilidad y que están ineludiblemente relacionados con cuestiones que tienen que ver con la igualdad de oportunidades y la justicia social.

Concepción Sánchez Blanco nos ayuda a explorar en esta obra diversos interrogantes en relación a la movilidad a los cuales se enfrenta cotidianamente la infancia desde los primeros años, destacando por la originalidad y novedad tanto en relación al problema elegido como al camino buscado para arrojar luz sobre el mismo, contribuyendo así al avance del conocimiento científico en el campo de la educación. Leyendo sus análisis acabamos cuestionando los programas de educación vial reduccionistas empeñados en buscar una asepsia imposible. A través de este libro descubriremos que el problema de movilidad se caracteriza por su com plejidad precisamente por la multiplicidad de dimensiones que conlleva. En este problema se entrecruzan numerosos aspectos socioculturales, sociopolíticos, económicos e históricos y que desde edades tempranas se debe trabajar partiendo de las experiencias de movilidad de las niñas y los niños y de los derechos y deberes asociados a esta movilidad.

Como bien afirma la autora de la obra las decisiones que se tomen sobre movilidad en cualquier escenario, entre ellos, por supuesto, el escolar, van a tener un gran impacto sobre la realización del principio de equidad en la sociedad. Decisiones y medidas tomadas al respecto nunca debieran desembocar en injusticias. Injusticias tan terribles que pueden ir desde las muertes en carretera por exceso de velocidad, alcohol o la falta de respeto a las señalizaciones de las vías, entre otras circunstancias; hasta la emigración sin derechos en transportes miserables para alcanzar trabajos igualmente miserables, junto con todo un sin fin de atropellos como los que sufren a diario diferentes grupos sociales con características diferentes (personas de movilidad reducida, discapacitados, niños y niñas y ancianos, grupos de mujeres) a las que les niega el derecho a la movilidad.

La obra arranca reflexionando sobre la necesidad de la vida para el desarrollo de las capacidades de los seres humanos.

La protección de la vida debería estar presente tanto en la movilidad biológica como mecánica, e incluso electrónica, y por lo tanto en la conducción de vehículos.

Acogiéndonos al enfoque de los derechos humanos, la autora, apuntará un derecho básico que tiene que ver con el derecho a la vida. El respeto a la vida constituye un elemento básico, apunta la autora, debiera ser recogido para trabajar con la infancia y los adultos; así como la importancia de debatir y decidir acerca de las características que han de definir un contexto y unas acciones que no vengan a vulnerar ese derecho a la vida, ya sea como peatones, como conductores o como pasajeros en los vehículos o usuarios de los medios electrónicos. Tanto es así que analizamos los códigos de comportamientos establecidos, e incluso legislados en las diversas modalidades de movilidad expuestas, como le sucede a la normativa en relación a la circulación de vehículos, transporte de mercancías y personas, veremos cómo éstos se justifican utilizando argumentos referidos a la salvaguarda de la vida de los sujetos.

La protección de la vida constituye una base firme para justificar las normas asociadas a la movilidad en el más amplio sentido.

Podemos afirmar que este libro ofrece líneas claves de actuación con sentido crítico para los proyectos relativos a la educación vial que responden a la búsqueda de una movilidad pacífica y segura, haciendo especial hincapié en la educación de la primera infancia. La obra está estructurada en tres partes: movilidad y modus vivendi (1); movilidad y medios de comunicación (2) y, movilidad y escuela (3). La autora nos ayudará a reflexionar sobre las concepciones y prejuicios asociados a la movilidad, sobre la movilidad voluntaria, la obligada y sus relaciones con el clasismo, la marginalidad, la violencia estructural, el castigo y la sanción. Al ir avanzando en la lectura comprenderemos cómo desde la escuela se puede trabajar por el derecho a la movilidad y a la quietud de los niños y niñas a través de la creación de espacios de discusión crítica sobre aspectos como la velocidad, las condiciones físicas de los espacios, el negocio de los medios usados para la movilidad o las trabas legales que impiden la movilidad.

También nos acercaremos a un discurso mediático que reproduce unos modelos de movilidad mecánica estereotipados en relación al género y asociados a distinción social, a la violencia y, en general, a unos valores bien alejados de la justicia social o del propio derecho a la vida.

La autora pone de relieve el importante papel que tiene la escuela para desarrollar una movilidad crítica y responsable desde los niveles de la Educación Infantil; por ello ha de cuestionarse el discurso hegemónico existente o los valores dominantes de las sociedades de mercado que impiden el movimiento de algunos, mientras condenan a un movimiento incesante a otros. La escuela lenta, reflexiva, respetuosa con los derechos de las niñas y niños, no coaccionada por las demandas de la rentabilidad económica y de un academicismo homogeneizador, es presentada en es esta obra como clave para la construcción de una sociedad más libre y democrática. Nos avisa de los peligros que pueden sobrevenir esas prácticas que contribuyen a que la velocidad se instale en la vida de los niños y niñas conformando su identidad desde las edades más tempranas. Así, recurrirá a ejemplos de prácticas de la vida cotidiana en ámbitos sociales como la familia y la escuela para denunciar esta situación.

Sánchez Blanco denuncia cómo la prisa se instala en nuestras relaciones con la infancia.

Queremos que niños y niñas dejen el pecho cuanto antes; que duerman solos y pasen toda la noche de un tirón; que sean precoces dejando el pañal y comenzando a caminar; que superen cuanto antes la adaptación a la escuela; que aprendan a leer y escribir sin demora; y hasta que se queden solos en casa. Niños y niñas llave, niños y niñas agenda, vienen a dar cuenta, en el fondo, de este grave problema que representa esa velocidad de vértigo que se empeña en gobernarnos la vida en todos sus ámbitos. El síndrome de la rapidez daña profundamente a nuestras escuelas.

Ser capaz de hacer en el mínimo tiempo posible el mayor número actividades con resultados visibles, de manera óptima y con el mínimo coste económico, representa un valor en alza que transforma la educación en mera instrucción donde la información adquiere el valor de mercancía.

Asimismo, a lo largo del libro se critica el papel de los medios de comunicación en la difusión de valores relacionados con la violencia, la injusticia y la exclusión en lo que respecta a la movilidad. Para ello se analizan las imágenes en movimiento y los discursos que las acompañan en relación a la conducción de vehículos presentes tanto en el cine, como en la publicidad de juegos y juguetes pensada para la infancia. Igualmente la autora se interesa por los juegos interactivos que utilizan los más variados soportes (por ejemplo los videojuegos) destinados a la infancia. Hay además en la obra una preocupación por poner de manifiesto la necesidad de una alfabetización mediática para que esta especie de «culto» a la velocidad tan presente en múltiples pantallas no acabe extendiéndose por doquier.

El análisis de los discursos e imágenes presentes en los anuncios de los que da cuenta Sánchez Blanco, nos dan idea de los beneficios económicos que produce la difusión de discursos y prácticas asociadas a la velocidad.

En esta obra se nos recuerda que al prohibir a los seres humanos el movimiento se les está negando una parte esencial de su identidad. El movimiento de los seres humanos ha influido decisivamente en su evolución, contribuyendo enormemente a configurarnos y la escuela no puede ignorar este hecho. Ahora bien, dada la importancia que cobra la velocidad en nuestro contexto y los desastres que puede provocar, hemos de asumir la responsabilidad de ofrecer a la infancia claves para reflexionar sobre las acciones propias y ajenas relacionadas con la utilización de la velocidad, ya se trate de juegos como de situaciones reales. El libro que reseñamos nos ilumina al respecto ofreciéndonos principios de procedimientos críticos al respecto que pueden orientar las prácticas educativas. Más deprisa, como apunta Sánchez Blanco, no significa necesariamente siempre mejor, a pesar de que este sea el valor dominante instaurado en multitud de prácticas asociadas a la vida cotidiana e incluso a la docencia; entre otras circunstancias por los beneficios económicos que ideas como ésta pueden traer de la mano. Por último, la autora señala que la escuela no puede olvidar que las decisiones en relación a la movilidad van a tener un gran impacto sobre la realización del principio de equidad en la sociedad, ofreciéndonos no pocos ejemplos acerca de las repercusiones de tal olvido.

Recordemos cuan necesario resulta plantearse estos asuntos relativos a la educación vial, sobre todo si tenemos en cuenta, como denuncia Sánchez Blanco, que un contexto social como el nuestro, vivimos con demasiada frecuencia situaciones en las cuales la vulneración de normas garantes del respeto a los derechos de las personas, acaba convertido en un espectáculo mercantilizado. De esta manera, los sucesos de vulneración de tales normas acaban convertidos en asuntos dignos de ser presenciados, grabados y/o reproducidos y difundidos, entre otras razones, por los beneficios económicos que se pueden derivar de ello. Se convierte así en meritorio para esta mercantilización el haber estado implicado en tal vulneración; ya sea como agresor, víctima o espectador. La autora nos alerta en relación a la proliferación de los reality shows presentados a través de múltiples pantallas, visualizados desde las más tempranas edades, que se apoyan en una especie de divertimento en relación a la vulneración de las normas necesarias para proteger la vida; así como las películas y la misma publicidad, que celebran tales concepciones.

Por último, conviene apuntar la idea que desarrolla la autora acerca de cómo la movilidad biológica y la movilidad mecánica están imbricadas en la historia de todos los sujetos. Todos los niños y niñas tienen una biografía en relación a la movilidad que debería ser considerada en la escuela hasta el punto de ser explorada pues con ello se estaría contribuyendo a que desde las edades más tempranas fueran construyendo aprendizajes basados en el respeto al derecho a la movilidad y el cumplimiento de deberes al respecto Afirma Sánchez Blanco que hemos de investigar con los pequeños y pequeñas tanto acerca de las experiencias de movilidad espacial del más diverso tipo que han vivido con su familia, como en torno a los motivos que han puesto al ser humano a lo largo de miles de años en el disparadero de tener que moverse.

Finalmente diremos, que se trata de una obra de gran ayuda para los docentes que pretenden desarrollar proyectos de Educación Vial en las aulas de Educación Infantil, así como de aquellos otras organizaciones interesadas en este tipo de cuestiones educativas como es el caso de los equipos de policía local involucrados en temas educativos y que, entre sus funciones, asumen la de trabajar con los escolares en temas relativos a la educación para una movilidad segura, tanto biológica, mecánica o electrónica; e incluso para aquellos profesionales de ONGs involucradas en estos temas, como es el caso por ejemplo, de Stop Accidentes; u organismos de carácter privado como los fundados desde MAPRE o Attitude. Asimismo Instituciones universitarias, como la Universidad de Educación a Distancia, ponen de relieve la importancia que cobra la educación vial tanto en lo referente a sus prácticas como en relación a su investigación, al contar entre sus estudios con un Máster dedicado a la Seguridad Vial.

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