Propuesta de un número Monográfico titulado: «Una educación renovadora del carácter tras la pandemia y la invasión de Ucrania»
El 10 de diciembre del 2023 celebraremos el 75 aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos, que ha tenido una gran importancia en el mundo entero, influyendo —no siempre con la fuerza deseada— de modo relevante en la instauración de sistemas políticos que encuentran en ella un referente para sus políticas nacionales.
Es indudable que, en nuestro ámbito de conocimiento, tiene especial importancia el artículo 26, que ha servido como inspiración a numerosas constituciones, como la de España. Allí leemos:
- Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a la instrucción elemental y fundamental. La instrucción elemental será obligatoria. La instrucción técnica y profesional habrá de ser garantizada; el acceso a los estudios superiores será igual para todos, en función de los méritos respectivos.
- La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos; y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz.
Evidentemente, de todo el artículo, ha sido el epígrafe 1 el que más éxito ha tenido: basta comprobar que en España el porcentaje de analfabetos era del 17 % en 1950 y del 1.56 % en el 2020.
Ahora bien, es discutible que el apartado 2 haya tenido el mismo éxito. En efecto, este apartado se encuentra absolutamente alejado de todo sabor economi cista. Pero hoy, cuando lo que más repite es la empleabilidad, llama la atención la afirmación de que las metas educativas básicas deben encontrarse en el desarrollo de la personalidad y en el cultivo de actitudes de respeto, comprensión, tolerancia y amistad.
Esta llamada a la reflexión sobre los objetivos básicos de la educación, ha tenido en estos últimos años una expresión clara en la defensa de la educación del carácter de la joven generación, como un objetivo esencial de la acción de los educadores, que todos deberían tener presente, pues el buen carácter nos orienta hacia un mundo más humano donde el dinero no está en el centro, sino que lo buscado es una vida que valga la pena vivir, donde nuestra humanidad y la dignidad de todos los seres humanos venga a ser promovida.
Este conjunto de ideas ha hecho crecer la reflexión sobre la importancia de la educación del carácter. Pero esto no ha impedido que el ambiente moviera a creer que las consideraciones sobre la educación del carácter eran un asunto más cercano a los bellos sueños que a las verdaderas realidades. Es evidente la urgencia de volver a hacer una presentación actualizada de la educación del carácter.
De ahí la convocatoria de este número monográfico de la revista española de pedagogía que desea ofrecer una reflexión sobre las consecuencias educativas de algunos hechos del momento, que han cambiado el horizonte educativo. Concretamente, consideramos esencial el estudio, no meramente tecnológico ni político, por una parte, de la pandemia que estamos sufriendo, que ha afectado a unos 500 millones de personas y que ha acabado con la vida de más de 6 millones de personas, y, por otra parte, de la invasión de Rusia a Ucrania, que ha atacado el implícito presupuesto occidental de que vivíamos en una democracia narcisista en la que se veneraba una libertad sin referentes donde la única limitación era el rechazo de la violencia.
Estos dos hechos obligan a replantearse un conjunto de ideas importantes. Estábamos hablando hace poco del transhumanismo y de que el ser humano estaba llamado a vivir un muy elevado número de años. Pero, de repente, en dos años desaparecen millones de personas, de todas las edades, lugares y condiciones. Y desaparecen en silencio y soledad. Los gobiernos tienden a dar números más bajos de los reales, las personas son obligadas a morir solas, como solos han tenido que vivir muchos millones, y la muerte no tiene imagen pública. Creíamos también que la democracia y la paz entre los pueblos eran bienes consolidados en los países occidentales, y de repente asistimos a la guerra iniciada por una poderosa nación contra una nación mucho más pequeña, que pretende ser absorbida aduciendo ideas semejantes a las exigencias territoriales, al Lebensraum, que declaró Hitler y que se tradujo en el Anschluss a Austria el 12 de marzo de 1938, al que siguió la invasión de Polonia, el 1 de septiembre de 1939, que originó la Segunda Guerra Mundial.
Por ello, se convoca un monográfico bajo el título: «Una educación renova dora del carácter tras la pandemia y la invasión de Ucrania». Se propone una educación renovadora porque debemos enfrentarnos con los problemas del momento sin dejarnos llevar por ideologías responsables de la crisis actual, y teniendo presentes las conocidas palabras de que somos como enanos subidos a los hombros de gigantes. De esta forma llegaremos más lejos con nuestra mirada si nos subimos a la gran tradición de pensamiento sobre las características del ser humano, pues desde allí estaremos en mejores condiciones para el diseño de un futuro mejor. Es una oportunidad para renovar, como el águila, nuestra juventud (Ps. 103, 5), sabiendo que, usando las palabras de Virgilio, pueden quienes creen que pueden (Eneida, l. V, 231).
Las principales líneas de desarrollo del tema propuesto, cuyo análisis pueden realizarse desde diversos puntos de vista, son las siguientes:
- – La pandemia como ocasión para recordar los límites del ser humano y su capacidad de generosidad.
- – El redescubrimiento del respeto a la dignidad de todo ser humano.
- – Los elementos básicos de un carácter abierto a los otros y a la verdad, ajeno a la cultura del narcisismo sentimental.
- – La pluralidad de métodos para promover la educación del carácter en la enseñanza secundaria y las experiencias obtenidas en su aplicación.
- – La diversidad de estrategias para evaluar los avances en la educación del carácter.
Los originales, que seguirán las Instrucciones para los autores, publicadas en la web de la revista, se mandarán al e-mail director.rep@unir.net, antes del 10 de septiembre de 2022.
Los editores del número serán los profesores:
José Antonio Ibáñez-Martín. Catedrático Emérito de la Universidad Complutense de Madrid y de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), Director de la revista española de pedagogía, y Director del Máster de Educación del Carácter y Educación Emocional (UNIR). Premio Nacional de Literatura para obras de Ensayo. Gran Cruz de Alfonso X el Sabio.
Josu Ahedo Ruiz. Licenciado en Filosofía, Ciencias Políticas y Derecho. Graduado en Comunicación. Doctor en Filosofía. Tras largos años siendo profesor de enseñanza secundaria fue nombrado en 2011 profesor de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), donde ha sido Vicerrector de Estudiantes y Calidad Académica entre 2012 y 2019. Actualmente, es el Director del Máster de Métodos de Enseñanza en la Educación Personalizada y Coordinador del Máster en Educación del Carácter y Educación Emocional. Director del Experto Universitario en Asesoría Académica Personal: Tutoría y Preceptuación. Director del grupo de investigación «El quehacer educativo como acción».
Abril, 2022.